RESUMEN DE UN AÑO DE TRABAJO

RESUMEN DE UN AÑO DE TRABAJO

 

Este año 2024, a pesar de no haber “engordado” demasiado los archivos de la Fundación, va a ser, para nosotros, uno de los años de mayor rendimiento… ¡Hemos montado nuestra sede física!

​Vayamos por partes, empecemos por el trabajo fotográfico de todo un año. Después de revisar nuestros archivos, vemos que se han incrementado con un total de 289 fotos. Según “San Google (los Dioses nos lo conserven)”, en 2024 ha habido unos 254 días hábiles. Sale a algo más de una foto al día, ¡no es un trabajo agotador! De todas formas, si miramos foto a foto, sí que nos hemos ganado “el pan” (jajaja, somos ONG, Fundación sin ánimo de lucro, nuestro “sueldo” es la satisfacción del trabajo bien hecho). Analicemos un poco qué hemos hecho.

 

 

 

​Tenemos los paisajes, por ejemplo. A pesar de que usamos una cámara de 51Mp, a nosotros no nos basta, de hecho lo que no nos gusta es el encuadre encorsetado de una foto rectangular. Ya hemos mostrado más de una vez paisajes construidos con un mosaico de varias tomas, entre 4 y 20, que, según nuestros gustos, mejora la sensación de panorama, a la vez que nos deja un encuadre algo anárquico, por ejemplo este rincón del hayedo de Coll Formic, en Montseny. Esta foto, como quien no quiere la cosa, es un montaje de 15 tomas de 51Mp. Descontando superposiciones, el original “pesa” 29095×19160 píxeles.

O estos plátanos de sombra, en la carretera de Puigpunyent en Mallorca, que no recuerdo si son 15 o 18 tomas, pero que el original “pesa” 39224×14428 píxeles.

 

 

​Hablamos de fotos que quedan preciosas llenando paredes enteras, fotos que permiten reencuadres “a lo largo y a lo ancho” sin que se pierda la calidad. Dicho de otra manera, “solo” hemos archivado 56 paisajes en todo el año, pero si empezamos a multiplicar cada una de ellas por los mosaicos que las componen, solo en paisajes ya nos vamos a bastantes cientos de fotos, muchos miles de megabytes, desplazarse, hacer las tomas, los revelados RAW, los montajes del mosaico, casar luces y retoques… Solo con los paisajes ya se justifican bastantes horas de trabajo… ¡al menos el almuerzo!, jajaja

Otro tema al que hemos empezado a dedicar esfuerzos es el mundo de la entomología. Siempre habíamos sido de botánica, nos especializábamos en frutos y semillas, hasta haber publicado un libro en el año 2021, “DIÁSPORAS. Frutos y semillas de la flora Balear. DISPERSIÓN”, pero nos gusta variar. Nuestro espíritu anárquico nos permite ir probando nuevos retos, y los “bichitos” tienen un atractivo especial.

           

 

​Tampoco nos hemos “matado” con los bichos, un total de 141 fotos archivadas. Pero volvamos a mirar, la mosquita tan nítida y bien enfocada que parece un dibujo, con tanta profundidad de campo, es el resultado de apilarlo mejor de 70 tomas y el microscópico halterio, al que se le ve la textura de unas 0,5 micras, necesitó 665 tomas. Son horas tomando fotos, horas convirtiendo RAW’s  y horas apilando y retocando. Digamos que empezamos a ser rentables, estas 141 fotos pueden representar cerca de 10.000 disparos.

​Siguiendo estas pautas, el año 2024 ha aportado, según archivos, las citadas 289 fotos nuevas a nuestra GALERIA. Estamos orgullosos, pero no solo de eso (aunque sí presumimos)

Nuestro mayor logro, en 2024, ha sido poder montar una sede abierta a visitas (antes trabajábamos “en un trastero”) Durante años lo que hoy es Fundación fue un pequeño laboratorio/estudio personal. Por descontado que todo el mundo era bienvenido, pero todo residía en una habitación con 6m2 libres, abarrotada de estanterías con dos sillas y una mesa, ¡comodidad cero! Cuando hablo de este pasado me crezco, porque en esta poca comodidad se ha gestado la mayoría de nuestro archivo y todo lo que se hizo en aquel cuartito son los cimientos de nuestra actual Fundación, ¡da para presumir!

​No me haré pesado repitiendo cosas que ya hemos publicado, un primer artículo cuando empezamos el montaje, https://fundacionpepbonetcapella.com/sedesocial/, y luego, cuando estuvo listo, este otro artículo, ​https://fundacionpepbonetcapella.com/sede-habemus/.

A pesar de todo, no me resisto a repetir una foto del actual despacho de dirección (que se ve en los artículos citados), más que nada para que se aprecie para que sirve un paisaje montado de un mosaico, cuando se quieren decorar 4 metros de pared con un vinilo, impreso a 300dpi.

 

 

​Y, ¿para qué queríamos una sede? Nuestros 6m2 han crecido a unos 70m2. La mesa y las dos sillas poco hospitalarias se han convertido en 5 mesas de trabajo y asiento para 15 personas. Las cámaras que vibraban y que a veces dejaban fotos “movidas”, están perfectamente asentadas y hacen las mismas fotos que antes, pero con muchísima más comodidad, ya no tenemos alargadores por los suelos para enchufar las luces. Incluso, como excelente aporte de nuestra Secretaria y decoradora de la sede, hay cafetera porque, textual, “una fundación sin cafetera, ni es fundación ni es nada”. 

​Todo este esfuerzo proviene de que nuestra intención con la Fundación nunca ha sido la de crear un almacén de imágenes, nuestra divisa es “DOCUMENTAR Y COMPARTIR”, en presente y activamente. Cierto que compartimos nuestra GALERÍA, pero este archivo debe ser un “archivo vivo”, debe crecer, en lo que nos apetezca a nosotros y en lo que podamos colaborar con los demás.Parte de las cosas que hacemos han sido en proyectos ajenos, como documentar una colección de arenas o hacer un seguimiento del crecimiento de una viña o, como fue en su día un proyecto nuestro, recoger varios miles de fotos de frutos y semillas de plantas de las Baleares.

​Por eso necesitábamos más espacio, necesitábamos “caber”. Si queremos una Fundación viva, debe haber gente que continue el legado cultural que representa. No solo un archivo físico, hemos de formar acólitos, enseñando todas nuestras técnicas. La Fundación no es “un secreto bien guardado”, antes al contrario, después de toda una vida de educador, la Fundación está para repartir, para difundir conocimientos, para compartir una vida de experiencia fotográfica que ha terminado especializada en macro y micro fotografía.

​Para nosotros era importante poder impartir formaciones, no montar un instituto o una academia, esto existe y parece que funciona bien. Nuestra intención es, a estas personas, probablemente ya fotógrafos, que tengan el gusanillo de especializarse, enseñarles todo lo que sabemos. Incluso si alguien va más allá, se obsesiona con la macro y la micro y, por lo que sea, no tiene instalaciones adecuadas, poderle integrar en nuestra organización y, si ha lugar, admitirle como continuador del legado cultural de la Fundación. Una Fundación viva exige que, aunque las personas somos finitas, no lo sea la finalidad que nos sostiene. Una Fundación viva exige continuadores.

​Por eso, amigo lector, amiga lectora, si ves algo en nuestra Fundación que te interesa, sean nuestros conocimientos, nuestros archivos o nuestras instalaciones, bien porque eres investigador y nuestras fotos mejorarían tus trabajos, bien porque estás interesado en nuestras técnicas o bien porque eres comunicador y, ya se sabe, “una imagen vale más que mil palabras”, contáctanos.Quizá, en nuestro archivo, tenemos esta foto que necesitas o, incluso mejor, tenemos la capacidad técnica e intelectual de “DOCUMENTAR” a medida, de hacer estas fotos que aun no se le han ocurrido a nadie.

Incluso si comercias con imágenes, nosotros no comerciamos, no somos un banco de imagen, somos una Fundación sin ánimo de lucro, pero necesitamos cubrir gastos de funcionamiento e inversiones en instrumental. Seguro que podemos establecer colaboraciones entre Empresa y Fundación, ventajosas por ambas partes. En nuestra web, “fundacionpepbonetcapella.com”, está toda nuestra información, quienes somos, qué hacemos, dónde estamos y como contactarnos. Para nosotros será un placer.

Quien no se consuela es porque no quiere.

Quien no se consuela es porque no quiere.

En el 2011 estuve en Nepal, en el Parque nacional de Sagarmatha, por situarnos, en la “barriada” del Everest. ¡Una de las mejores experiencias de mi vida!

Si bien ya tenía una edad y a pesar de que no me sobraba nada, aguanté 16 días de trekking, entre 3000 y 5000 metros. Once años después ¡me rindo! Para estas exhibiciones ya no doy la talla. Solo por recordar, el trekking fue entre Lukla y Gokyo. Quizá algún día me dé la morriña y le dedique un artículo, hoy solo un breve recuerdo porque he estado fotografiando arenas de Nepal, por ejemplo, estas de cerca de Pangboche, del río Dudha Koshi.

Las arenas me las han traído, pero, casualmente son de la zona donde estuve… y de ahí que se han activado mis recuerdos, he pasado por el archivo a ver fotos y he recordado anécdotas y compañeros de viaje. Ved sino un par de fotos, precisamente de Tengboche y Pangboche,

Este es, precisamente, el río donde se recogió la arena de las fotos anteriores

El pueblito de cubiertas verdes es, precisamente, Pangboche y, si os fijáis, los caminos que cruzan las montañas NO SON CARRETERAS, solamente hay senderos, todo, absolutamente todo, se conecta caminando. Pangboche está a unos 3900 msnm, hay que bajar unos 50 metros hasta el río y subir un centenar para hacer esta foto. En los Himalayas todo va así, siempre subiendo y bajando… con algo así como la mitad de oxígeno del que hay a nivel del mar. Lo dicho, mi edad y mis rodillas ganan la partida, aun puedo hacer salidas cortas por la montaña mallorquina, pero eso es todo.

Allá el 2015 hice un proyecto de ir a los Anapurnas, ¡más de lo mismo! Por cuestiones que no vienen al caso no pudo ser y cuando “si se pudo” yo había perdido el fuelle y todo quedó como asignatura pendiente… ¡pero siempre queda el premio de consolación!

En la colección de arenas que me encargaron fotografiar, aparte de las vistas de la zona de Sagarmatha, también las hay del río Gandaki y, tocando las arenas me he hecho la ilusión de haber vuelto a los Himalayas, lo dicho, “quién no se consuela es porque no quiere”.

Como nota curiosa de estas arenas de alta montaña, provenientes a veces de glaciares, si os molestáis en tomar medidas veréis que los granos son bastante finos, hay muchos de menos de 0,2 mm. Pues bien, en los granos oscuros se aprecia que “tienen polvo”, están sucios de un polvillo microscópico proveniente de la moltura de roca por parte de los glaciares en su recorrido.

Hace tiempo ya hice un comentario al respecto, hablando de arenas de Tierra de Fuego, en América del Sur. Este polvillo, con paciencia, consigue llegar al mar y se convierte en una buena provisión de minerales para el fitoplancton… y en el principio de la cadena trófica.

Para mi desgracia, se me acabaron las grandes aventuras. Pero si os fijáis, con un simple puñado de arena aun me puedo situar cerca de Jomosom, en plena cordillera de los Himalayas ¡y soñar es gratis!

Quizá esta sea la mayor ventaja de la Fundación, vivir en la sensación de ser libre como el viento… incluso sentado delante del ordenador apilando fotos de muchísimas capas.

Por otro lado, el haber hecho estas macro fotografías puede que le sea útil a algún geólogo en algún análisis de tierras lejanas. Este es el espíritu de la Fundación, “DOCUMENTAR Y COMPARTIR”

Y, hablando de compartir, si compartís el artículo, si le dais difusión, habrá más posibilidades de que algún científico o comunicador le encuentre utilidad a estos trabajos… o se les pueda ocurrir alguna proposición “honesta” para aprovechar nuestro equipo y nuestros conocimientos.

¡Nuestro trabajo nos cuesta!

¡Nuestro trabajo nos cuesta!

Nuestro último artículo fue sobre la construcción de la BONET III, en febrero. Desde entonces está operativa, ¡trabajando!

Siguiendo nuestra filosofía de “Documentar y Compartir” recibimos una proposición, documentar gráficamente una colección de arenas de varias partes del mundo.

Si en botánica somos pardillos, en geología más. Pero no se trataba de hacer ciencia, sino fotografía y de eso algo sí sabemos. Empezamos la explotación de la nueva cámara.

Vamos por el 20% del archivo y ya tenemos varias constantes. Los granos de arena, mayormente, son de menos de un milímetro, habiéndolos de solo unas décimas. Esos granos presentan diferentes morfologías, es más, según su localización son de distinta composición, cuarzos, arenas volcánicas, restos de conchas calcáreas, etc. Otra característica importante es que las arenas de medios acuosos, marinos, en ocasiones están habitadas. Aparecen conchas de caracolas casi microscópicas o, mirando con finura, esqueletos de foraminíferos. En las arenas de desiertos no hemos encontrado “habitantes”. Incluso hemos observado que, según su cercanía a grandes corrientes de agua o a ríos de glaciar, contienen más o menos polvo microscópico, más o menos fango. ¡Todo un mundo en miniatura!

La verdad, como nunca se nos había ocurrido pensar en el tema, nos hemos quedado gratamente sorprendidos de este mundo en miniatura que representa la arena de una playa o de un desierto.

La otra sorpresa, esta vez esperada, es el rendimiento del objetivo de Karl Zeiss, el Luminar 25/3.5. Cuando la cámara estuvo operativa, empezamos por una batería de pruebas, de ampliaciones x7, x10, x15, x20 y x25 con distintas aberturas de diafragma. Por abreviar, el resultado fue que los mejores resultados, los más nítidos, siempre se daban con el diafragma abierto en su totalidad, con la consiguiente limitación de profundidad fe campo, entre 50 y 20 micras respectivamente, según ampliación.

El enturbiamiento de la imagen por dispersión de la luz es inexistente entre x7 y x20, a máxima apertura. Al pasar a x25, aunque se abra a f3.5, cuando queremos ampliar la imagen se nota que los bordes se empiezan a difuminar, todo y que, si no se hacen grandes ampliaciones o reencuadres muy fuertes, la imagen sigue siendo perfectamente funcional. También ayuda que el sensor de toma sea el de la Fuji GFX 50, de 50 megapixels en una superficie de 44×33 mm, con una respuesta extraordinaria en cuanto a latitud de exposición. La marca Fuji presume de alcanzar 14 puntos (el ojo humano, que es una maravilla, separa hasta 10 puntos) Nosotros no lo hemos medido, pero constatamos que algo de eso debe haber, ya que nos permite un gran dominio de luces y sombras, simultáneamente.

Las personas que hayan vivido una infancia cerca de un puerto de mar, seguro que habrán intentado pescar cangrejos entre las rocas de la escollera, metiéndose entre las grandes piedras. En mi infancia, con mi padre, íbamos a la escollera del puerto de Palma de Mallorca a pescar morenas y congrios, metidos entre los grandes bloques de piedra.

Como fotógrafos, lo espectacular de estas fotos de arenas, granos de menos de un milímetro, fotografiados por capas de entre 20 y 50 micras, es que hemos conseguido reproducir “el volumen”. Mirando las fotos de unos pocos milímetros, yo al menos, consigo tener la sensación de “poder bajar a los granos del fondo a buscar cangrejos”.

¡Digamos que la BONET III ha sido un buen negocio!

Y ya sabéis, si el tema os ha parecido interesante compartidlo. Estos artículos, más que escribirlos para nuestro ego lo hacemos para dar a conocer los trabajos de la fundacionpepbonetcapella.com y que, si algún investigador o comunicador de temas de ciencia cree que los puede usar, sepa cómo encontrarnos. Incluso que se sepa que nuestra Fundación no es un “almacén de recuerdos” (que sí, que tenemos “almacenado” todo nuestro trabajo), pero somos un taller de producción activo, capaces de colaborar en proyectos ajenos, creando documentación gráfica.