EJECUCIÓN DE PROYECTOS EN LA FUNDACIÓN

EJECUCIÓN DE PROYECTOS EN LA FUNDACIÓN

No es la primera vez que lo contamos, la Fundación proviene de una vida de pasión por la foto de natura. Eso de arrastarnos por el suelo campestre es, en nosotros, una constante.

Como anécdota, hace años “di un susto” al insigne Dr. Carles Amengual i Vicens, en el camino viejo de Lluc. Yo, totalmente estirado en el suelo (haciendo la foto de una florecilla) y él, doctor en medicina, a distancia, caminando, se imaginó una persona herida, un desmayo, un infarto, ¡y llegó corriendo!… Al ver al “fotógrafo”, ¡casi me pega! (ya éramos amigos antes y lo seguimos siendo)

Pero es que estas florecillas, este endemismo nuestro es, en realidad, una planta de pocos centímetros y, para sacar una foto decente, “hay que arrastrarse”, ¡no queda otra!.

Esta es la parte romántica de la Fundación, ¡y la seguimos practicando!

Desde que “institucionalizamos” nuestras fotos, han aparecido otros tipos de trabajos. Lo que nosotros llamamos “PROYECTOS”. Siguen siendo fotos de natura, no tenemos demasiado interés en otras temáticas, pero tema y enfoque nos lo sugieren personas ajenas a la Fundación, normalmente para alguna aplicación “de su interés”, temas que, muy probablemente, ni se nos hubieran ocurrido.

Estos proyectos siempre salen, en primer lugar, de que se nos llena la boca ofreciéndolos y, además, que siempre presumimos de nuestras macros espectaculares y hay quien se encandila con ello.

En esta línea, hace unos años, un coleccionista de arenas tuvo “su” idea de crear un archivo fotográfico. A nosotros nos encantó la idea, sobre todo cuando pasamos los granos de arena a macro extremo… ¡parecían las rocas del rompeolas de cualquier puerto!

Estas “rocas”, estos “pedruscos” que invitan a buscar cangrejos entre ellos, los más grandes de las fotos, no llegan a un milímetro. Esto es lo que más nos impactó de este proyecto, como los mundos microscópicos nos sorprenden. Está claro que, probablemente, nunca se nos hubiera ocurrido que la arena era un modelo tan fotogénico.

En otra ocasión, un viticultor nos mostró sus instalaciones, viñas, prensas, fermentadores, bodega y nos dijo que “si queríamos hacer alguna foto”. El comentario lo hizo en la viña, en el mes de marzo, y, por casualidad, nos señaló un sarmiento podado, en argot un dedo, del que salía una gota de ¿agua?. Cosa normal para él, dijo que ya venía el buen tiempo, que la viña empezaba a “llorar”. A nosotros lo del “llorar” no nos sonó de nada, entonces el viticultor nos explicó que la planta empezaba a mover savia, después del invierno.

Ser un apasionado de algo, de lo que sea, arenas, vino, fotos de natura, etc., implica ser curioso y que te cuenten que “la viña llora” dio lugar a un proyecto que duró varios meses. En este otro artículo nuestro, https://fundacionpepbonetcapella.com/la-vina-llora-que-tendra-la-vina/, podéis ver, escrito y con fotos, lo que nos impresionó por lo novedoso.

Pero es que la curiosidad nos llevó a hacer 16 visitas fotográficas a la viña, entre marzo y agosto. Siempre en plan “artillero”, cargados como mulas, cámaras, trípodes, fuelles de macro, reflectores, etc… Vamos, mejor tratada la viña que una vedette. Por descontado que hicimos las fotos de rigor, lo que, quien más quien menos haría, cepas, hojas, racimos, etc. pero aprovechamos detalles de nuestra especialidad, como hacerle fotos a flores y hasta a polen. Este fue nuestro primer seguimiento de la fenología de una planta, la Vitis vinifera. De todas estas visitas hay un archivo de unas 500 fotos.

Esta es nuestra idea de “proyecto”, alguien que siente pasión por “vete tú a saber qué” nos habla de “sus” pasiones, incluso nos sugiere, o directamente nos pide, que le encantaría tener una foto de “algo de lo suyo” y nosotros, en la Fundación, empezamos a maquinar imágenes, en la mayoría de casos realmente empezamos a “estudiar”, porque si un apasionado te cuenta lo de la viña, de entrada nosotros somos legos en el tema. El que te cuenta, de lo suyo lo sabe todo, el viticultor sabe desde cultivar hasta fermentar y envejecer buenos caldos (cosa que nosotros no sabemos) pero traducir su pasión en imágenes ni siquiera se le ha pasado por la cabeza. Nosotros, sin embargo, no tenemos ni idea de que imágenes pueden ser definitorias, no que no sepamos hacer fotos, resulta que al no conocer el proceso no tenemos ni idea de qué fotografiar… Por eso, casi todos los proyectos empiezan estudiando.

También hay casos en los que un doctor en biología nos ha pedido una foto de las macro esporas de Isoetes histrix e Isoetes duriei, para la publicación de un artículo. Ambas plantas constan en el archivo de la Fundación.

En este caso ni estudiar ni crear, el pedido era muy concreto, las dos fotos que veis.

Ahora ha vuelto a suceder. Nuestra secretaria tiene amplia relación con el mundo de la hostelería y la restauración (por su trabajo, que los cargos en las fundaciones no se remuneran)

Hablando de promocionar el arroz, salió que, a las clásicas imágenes de paellas y risottos, se las podría complementar con imágenes de producto, aprovechando nuestra especialidad en macro fotografía. Otra idea sugerida por gente ajena a la Fundación, pero que nos ha parecido magnífica.

Hay que entender que la Fundación nace de una afición, no de la creación de una empresa productiva. Nosotros, yo, siempre hemos “jugado” a hacer fotos, el “rendimiento” no es nuestro punto fuerte. Por eso, a una sugerencia de hacer “unas fotos de producto”, hemos respondido exageradamente programando un reportaje de la fenología del arroz. Es que el seguimiento de la viña nos resultó muy divertido, muy en nuestro estilo de hacer fotos para disfrutar. Evidentemente, si lo hiciéramos para ganarnos la vida no sería rentable pero, como contrapartida, quedan archivos muy interesantes para la posteridad.

Hemos empezado por contactar con agricultores del arroz. En Mallorca, en Sa Pobla, donde hay una albufera, donde hay tierras anegadas, se cultiva arroz desde hace generaciones. Llegó a haber más de treinta agricultores dedicados a ello, hoy creo que solo quedan cinco o seis, pero se sigue sembrando Oryza sativa var. Bombeta, casi casi para consumo local. D. Juan Campets nos mostró sus tierras, la maquinaria para descascarillar y pulir el grano, y colaboró ampliamente en eso que tenemos que hacer en cada proyecto, “aprender, estudiar”. Además, nos regaló un puñado de semillas para suavizar nuestro trabajo de documentadores.

Ya en casa, hemos empezado el proyecto. Lo primero hacer una “plantación” en el balcón.

Esta “plantación” nos ayudará mucho a documentar pequeños detalles del tallo, hojas, espigas, flores, etc. Muchos de esos detalles se observan de un día para otro y esto representaría un montón de viajes a los campos de producción (100 km cada viaje) Gracias a esto tendremos novedades cada mañana, “en nuestra sede”. Total, vamos a la Fundación todos los días. Esto lo aprendimos en la viña, que nos costó 50 km cada viaje y que, a veces, puedes llegar “temprano o demasiado tarde” a la foto.

Una vez asegurada la “plantación” solo queda esperar unos meses, hasta que la planta presente novedades interesantes… aquella frase tan sumamente pausada de “ver crecer la hierba”.

Nosotros no tenemos tanta paciencia, ya hemos empezado a documentar el grano y hemos empezado una germinación de laboratorio para ir creando archivo… que de este archivo, esperamos, saldrán las fotos para restauradores.

Nuestra postura tiene un punto interesante, no solo aportamos una visión estética, también, obligados por haber tenido que estudiar acerca de nuestro modelo, podemos aportar detalles científicos o técnicos, información útil al usuario que, hablando de paellas, nunca hubiera salido en la conversación.

Documentar la fenología de una planta consiste en eso, en crear documentos de todo lo que le acontece a la planta para crecer y reproducirse. Mostrar que el grano tiene germen para poderse reproducir. Germen que nunca veremos en el paquete de arroz del súper, puesto que se cae con el descascarillado y el pulido.

Esto que os hemos mostrado son los primeros días de trabajo de un proyecto que durará unos seis meses. En estos pocos días el archivo ya tiene treinta fotos, dentro de unos meses ya serán cientos. Esta es nuestra forma de enfocar una “Documentación”.

De este archivo, seguramente unas pocas fotos serán útiles a los restauradores, pero es que la Fundación está abierta a quién la necesite. En el archivo habrá fotos útiles a científicos, a comunicadores, quizá a agricultores, etc. Nuestra intención es hacer una documentación, lo más exhaustiva posible, de un acontecimiento como es la vida de una planta de arroz y legarlo a la posteridad.

Y, ya hablando de posteridades, cambiando el tema de este artículo por otro, importantísimo para nosotros, a fuer de ser pesados, os rogamos que leais y difundais este otro artículo nuestro en el que “analizamos la posteridad”, nuestra posteridad. https://fundacionpepbonetcapella.com/el-futuro-de-la-fundacion/. Gracias.

Fdo. Pep Bonet Capellà, fundador. 

 

 

 

RESUMEN DE UN AÑO DE TRABAJO

RESUMEN DE UN AÑO DE TRABAJO

 

Este año 2024, a pesar de no haber “engordado” demasiado los archivos de la Fundación, va a ser, para nosotros, uno de los años de mayor rendimiento… ¡Hemos montado nuestra sede física!

​Vayamos por partes, empecemos por el trabajo fotográfico de todo un año. Después de revisar nuestros archivos, vemos que se han incrementado con un total de 289 fotos. Según “San Google (los Dioses nos lo conserven)”, en 2024 ha habido unos 254 días hábiles. Sale a algo más de una foto al día, ¡no es un trabajo agotador! De todas formas, si miramos foto a foto, sí que nos hemos ganado “el pan” (jajaja, somos ONG, Fundación sin ánimo de lucro, nuestro “sueldo” es la satisfacción del trabajo bien hecho). Analicemos un poco qué hemos hecho.

 

 

 

​Tenemos los paisajes, por ejemplo. A pesar de que usamos una cámara de 51Mp, a nosotros no nos basta, de hecho lo que no nos gusta es el encuadre encorsetado de una foto rectangular. Ya hemos mostrado más de una vez paisajes construidos con un mosaico de varias tomas, entre 4 y 20, que, según nuestros gustos, mejora la sensación de panorama, a la vez que nos deja un encuadre algo anárquico, por ejemplo este rincón del hayedo de Coll Formic, en Montseny. Esta foto, como quien no quiere la cosa, es un montaje de 15 tomas de 51Mp. Descontando superposiciones, el original “pesa” 29095×19160 píxeles.

O estos plátanos de sombra, en la carretera de Puigpunyent en Mallorca, que no recuerdo si son 15 o 18 tomas, pero que el original “pesa” 39224×14428 píxeles.

 

 

​Hablamos de fotos que quedan preciosas llenando paredes enteras, fotos que permiten reencuadres “a lo largo y a lo ancho” sin que se pierda la calidad. Dicho de otra manera, “solo” hemos archivado 56 paisajes en todo el año, pero si empezamos a multiplicar cada una de ellas por los mosaicos que las componen, solo en paisajes ya nos vamos a bastantes cientos de fotos, muchos miles de megabytes, desplazarse, hacer las tomas, los revelados RAW, los montajes del mosaico, casar luces y retoques… Solo con los paisajes ya se justifican bastantes horas de trabajo… ¡al menos el almuerzo!, jajaja

Otro tema al que hemos empezado a dedicar esfuerzos es el mundo de la entomología. Siempre habíamos sido de botánica, nos especializábamos en frutos y semillas, hasta haber publicado un libro en el año 2021, “DIÁSPORAS. Frutos y semillas de la flora Balear. DISPERSIÓN”, pero nos gusta variar. Nuestro espíritu anárquico nos permite ir probando nuevos retos, y los “bichitos” tienen un atractivo especial.

           

 

​Tampoco nos hemos “matado” con los bichos, un total de 141 fotos archivadas. Pero volvamos a mirar, la mosquita tan nítida y bien enfocada que parece un dibujo, con tanta profundidad de campo, es el resultado de apilarlo mejor de 70 tomas y el microscópico halterio, al que se le ve la textura de unas 0,5 micras, necesitó 665 tomas. Son horas tomando fotos, horas convirtiendo RAW’s  y horas apilando y retocando. Digamos que empezamos a ser rentables, estas 141 fotos pueden representar cerca de 10.000 disparos.

​Siguiendo estas pautas, el año 2024 ha aportado, según archivos, las citadas 289 fotos nuevas a nuestra GALERIA. Estamos orgullosos, pero no solo de eso (aunque sí presumimos)

Nuestro mayor logro, en 2024, ha sido poder montar una sede abierta a visitas (antes trabajábamos “en un trastero”) Durante años lo que hoy es Fundación fue un pequeño laboratorio/estudio personal. Por descontado que todo el mundo era bienvenido, pero todo residía en una habitación con 6m2 libres, abarrotada de estanterías con dos sillas y una mesa, ¡comodidad cero! Cuando hablo de este pasado me crezco, porque en esta poca comodidad se ha gestado la mayoría de nuestro archivo y todo lo que se hizo en aquel cuartito son los cimientos de nuestra actual Fundación, ¡da para presumir!

​No me haré pesado repitiendo cosas que ya hemos publicado, un primer artículo cuando empezamos el montaje, https://fundacionpepbonetcapella.com/sedesocial/, y luego, cuando estuvo listo, este otro artículo, ​https://fundacionpepbonetcapella.com/sede-habemus/.

A pesar de todo, no me resisto a repetir una foto del actual despacho de dirección (que se ve en los artículos citados), más que nada para que se aprecie para que sirve un paisaje montado de un mosaico, cuando se quieren decorar 4 metros de pared con un vinilo, impreso a 300dpi.

 

 

​Y, ¿para qué queríamos una sede? Nuestros 6m2 han crecido a unos 70m2. La mesa y las dos sillas poco hospitalarias se han convertido en 5 mesas de trabajo y asiento para 15 personas. Las cámaras que vibraban y que a veces dejaban fotos “movidas”, están perfectamente asentadas y hacen las mismas fotos que antes, pero con muchísima más comodidad, ya no tenemos alargadores por los suelos para enchufar las luces. Incluso, como excelente aporte de nuestra Secretaria y decoradora de la sede, hay cafetera porque, textual, “una fundación sin cafetera, ni es fundación ni es nada”. 

​Todo este esfuerzo proviene de que nuestra intención con la Fundación nunca ha sido la de crear un almacén de imágenes, nuestra divisa es “DOCUMENTAR Y COMPARTIR”, en presente y activamente. Cierto que compartimos nuestra GALERÍA, pero este archivo debe ser un “archivo vivo”, debe crecer, en lo que nos apetezca a nosotros y en lo que podamos colaborar con los demás.Parte de las cosas que hacemos han sido en proyectos ajenos, como documentar una colección de arenas o hacer un seguimiento del crecimiento de una viña o, como fue en su día un proyecto nuestro, recoger varios miles de fotos de frutos y semillas de plantas de las Baleares.

​Por eso necesitábamos más espacio, necesitábamos “caber”. Si queremos una Fundación viva, debe haber gente que continue el legado cultural que representa. No solo un archivo físico, hemos de formar acólitos, enseñando todas nuestras técnicas. La Fundación no es “un secreto bien guardado”, antes al contrario, después de toda una vida de educador, la Fundación está para repartir, para difundir conocimientos, para compartir una vida de experiencia fotográfica que ha terminado especializada en macro y micro fotografía.

​Para nosotros era importante poder impartir formaciones, no montar un instituto o una academia, esto existe y parece que funciona bien. Nuestra intención es, a estas personas, probablemente ya fotógrafos, que tengan el gusanillo de especializarse, enseñarles todo lo que sabemos. Incluso si alguien va más allá, se obsesiona con la macro y la micro y, por lo que sea, no tiene instalaciones adecuadas, poderle integrar en nuestra organización y, si ha lugar, admitirle como continuador del legado cultural de la Fundación. Una Fundación viva exige que, aunque las personas somos finitas, no lo sea la finalidad que nos sostiene. Una Fundación viva exige continuadores.

​Por eso, amigo lector, amiga lectora, si ves algo en nuestra Fundación que te interesa, sean nuestros conocimientos, nuestros archivos o nuestras instalaciones, bien porque eres investigador y nuestras fotos mejorarían tus trabajos, bien porque estás interesado en nuestras técnicas o bien porque eres comunicador y, ya se sabe, “una imagen vale más que mil palabras”, contáctanos.Quizá, en nuestro archivo, tenemos esta foto que necesitas o, incluso mejor, tenemos la capacidad técnica e intelectual de “DOCUMENTAR” a medida, de hacer estas fotos que aun no se le han ocurrido a nadie.

Incluso si comercias con imágenes, nosotros no comerciamos, no somos un banco de imagen, somos una Fundación sin ánimo de lucro, pero necesitamos cubrir gastos de funcionamiento e inversiones en instrumental. Seguro que podemos establecer colaboraciones entre Empresa y Fundación, ventajosas por ambas partes. En nuestra web, “fundacionpepbonetcapella.com”, está toda nuestra información, quienes somos, qué hacemos, dónde estamos y como contactarnos. Para nosotros será un placer.

PRECISIONES SOBRE EL LIBRO “DIÁSPORAS, FRUTOS Y SEMILLAS DE LA FLORA BALEAR, DISPERSIÓN”

PRECISIONES SOBRE EL LIBRO “DIÁSPORAS, FRUTOS Y SEMILLAS DE LA FLORA BALEAR, DISPERSIÓN”

En 2022, J. L. Gradaille y un servidor, publicamos un libro sobre la dispersión de las plantas, en particular las de las Baleares. Fue una bonita forma de conjugar media vida de fotografías de frutos y semillas con una idea que le rondaba a J. L. Gradaille de dar difusión a los distintos tipos de dispersión que usan las plantas. Nos pareció que “DIÁSPORAS” definía perfectamente esa vida secreta de las plantas, esas cosas que hacen unos seres, teóricamente inmóviles, “paseándose” a lo largo y ancho de este mundo.

Es del parecer general que las plantas son “seres inferiores”, al menos inferiores a los animales, algo menos sosas que una piedra. Se puede jugar con una mascota, pero una planta es “sosa”, no da lametones… como mucho nos regala algunos aromas y algunos colores… ¡Eso cree mucha gente!

¡Nada más lejos de la realidad! Cierto que las plantas no poseen ni sistema nervioso ni músculos… ni cerebro conocido ¡En la Universidad de Florencia existe un “Laboratorio de neurobiología vegetal”! ¿Hemos de pensar que los florentinos han perdido la cabeza?.

Recomendamos leer el siguiente artículo de nuestro blog,  http://xhl.dd1.mytemp.website/comunion-con-la-naturaleza/, los olivos tienen la capacidad de detectar tormentas de agua, frio y nieve y son capaces de mover sus hojas a voluntad. Y, como cito en el artículo, leed a Francis Hallé o a Stefano Mancuso (El “neurobiólogo vegetal”) para dejar de menospreciar la “inteligencia” de las plantas.

Esta introducción viene a cuento de las técnicas de dispersión que tienen las plantas. Unas ponen flotadores a la semillas, para que se alejen nadando. Otras las dotan de vilanos para que floten en el aire y se las lleve el viento. Hay plantas de hacen crecer ganchos en las semillas para que se enganchen en el pelo de los animales que las rozan. Las hay que recubren la semilla de pulpa azucarada para que las coman y las defequen lejos. Etc. etc. Está claro que unos seres clavados al suelo por unas raíces han encontrado la manera de “urbanizar” nuevas tierras.

Hay dos técnicas de dispersión, una dispersar las semillas por “disparo o explosión del fruto” y otra dotar a la semilla de una bola de comida llamada eleosoma, compuesta de grasa, proteina y azúcares que gustan de sobremanera a las hormigas, que han puesto de manifiesto una imprecisión en “DIÁSPORAS”.

Las plantas pueden recurrir a UN tipo de dispersión o a VARIOS. A veces procuran sumar varios beneficios, por ejemplo conseguir expandir su territorio y, además, conseguir que alguien entierre las semillas para mejor germinar. Un truco muy común es usar a las hormigas, la llamada mirmecocoria. Se ofrece comida a las hormigas, típicamente en forma de eleosoma, y estas llevan las semillas a sus galerías, bajo tierra. Pero también es corriente que algunas plantas hagan explotar sus frutos para que las semillas salgan disparadas, lejos de la planta madre.

La autocoria en forma de disparo, pusimos en nuestro libro, la usan por ejemplo Euforbiáceas o Zigofiláceas,

ello incluye al Ricinus communis entre otros. En general, estas plantas, ellas mismas, son dispersoras de su material genético pero es común que estas semillas vayan dotadas de eleosomas que buscarán con fruición las hormigas. Entonces cómo debemos definirlas, ¿autocoria o zoocoria? En nuestro libro pusimos las Euforbias como autocoria y el Ricino como zoocoria. Ambas definiciones son ciertas y ambos taxones deberían haber coincidido en la misma dispersión, una u otra o las dos a la vez.

Este “examen de conciencia” se lo debemos a www.tonitofa.com, ¡gracias @tonitofa! Nos comentó, a un artículo sobre el Ricinus communis, que había un ricino cerca de su casa que le “bombardeaba” con semillas, incluso que oía los “disparos”… Rápidamente lo hemos investigado. El artículo es http://xhl.dd1.mytemp.website/ricinus-communis-entre-la-medicina-y-el-terror/

Gracias a este comentario hemos descubierto una imprecisión en el texto de nuestro libro que, en futuras reediciones, habrá que matizar. Solo somos fotógrafos, no biólogos, pero intentamos ser muy precisos con lo que comentamos.

Ya véis nuestras posibilidades, queríamos explicar esta imprecisión respecto al Ricinus communis y, sin ningún problema, hemos recogido unos frutos de esta planta y nos hemos montado unas fotos y un video para hacer más amable el artículo.

También es cierto, como publicamos hace unos días en el artículo http://xhl.dd1.mytemp.website/nada-es-lo-que-parece/, que esta simple “rectificación” ha representado una salida al campo a recoger unas ramas con fruto de Ricinus communis, unas horas de grabación de video hasta tener la “explosión”, 15 tomas fotográficas para tener una semilla bien enfocada con profundidad de campo y unas horas de edición y montaje. Esta es nuestra idea de hacer las cosas bien y la practicamos desde fundacionpepbonetcapella.com para “todos los públicos”. Siempre a vuestra disposición.

 

 

SEXUALIDAD DE LAS HIGUERAS Y SU POLINIZACIÓN

SEXUALIDAD DE LAS HIGUERAS Y SU POLINIZACIÓN

            En Mallorca decimos “o torrer o pescador”, traducido, “o farero o pescador”. En castellano es “no se puede estar en misa y repicando”.

            A nosotros bien que nos gustaría publicar un artículo diario, pero, o hacemos fotos o escribimos. Hace unas semanas que hemos retomado un tema del que ya teníamos alguna foto, el tema de la sexualidad de las higueras.

            Las plantas son seres sexuales, como los animales, solo que usan técnicas de fertilización diferentes, en vez de gónadas, las plantas tienen gametangios y, en lugar de esperma, las plantas usan polen y, en lugar de copular, se mandan el polen “por correo”… ¡no tiene tarto glamour pero funciona!

            Las plantas, para su fertilización, como que están ancladas por sus raíces, tienen que recurrir a ayudantes que transporten su polen. Usan el aire, el agua o animales varios, en especial una cohorte de insectos. Por ejemplo esta Zannichellia pedunculata se limita a soltar el polen en la charca donde crece y el polen, flotando, ya llegará a alguna flor hembra, su ayudante es el agua.

            Pues bien, las higueras pertenecen al extenso grupo de plantas que se sirven de insectos para distribuir el polen, con un método propio.

            Estamos acostumbrados a las flores y a las abejas, de hecho hay quien piensa que solo las abejas polinizan… ¡demasiado simple! Polinizadores son las abejas, por descontado, pero también las moscas, los abejorros, las mariposas, algunos escarabajos, las hormigas, algunas arañas, lagartijas, algunos pájaros, vamos, cualquier bicho que coma algo de las flores, normalmente néctar o unos jugos con olores putrefactos (dedicados en especial a las moscas) o que se revuelque entre las flores como algunos abejorros intentando copular con orquideas. Las flores se las ingenian para reclutar ayudantes… y se las ingenian bien.

            En el caso de las higueras la cosa se complica porque las higueras son “plantas con flores”, pero dichas flores no están a la vista, están “dentro de los higos”, tanto flores femeninas como masculinas. En realidad la pulpa que nos comemos son las flores femeninas de la higuera. En las fotos de abajo un corte de un higo, el de toda la vida, el que nos comemos… ¡y eso colorado son flores!

            Y lo de estas fotos de arriba es lo que termina de complicar la sexualidad de las higueras, pertenece a un corte de un prohigo, una de las tres cosechas que dan las higueras macho y que es el higo cuyas flores producen polen.

            Cualquier polinizador que se precie, para polinizar debe entrar primero en un prohigo, recoger polen de su interior y volar a un higo hembra, conseguir colarse en su interior y hacer su trabajo. Mucha complicación para un polinizador común que tiene a su disposición flores más asequibles.

            Dicen que el mundo es de los audaces, de los que hacen de la necesidad virtud. La higuera lo ha hecho. Ha creado un mutualismo con unas avispas diminutas, tanto que no superan 1,5mm. La higuera macho (el público solamente suele relacionarse con las higueras hembras, las que dan brevas e higos) da tres cosechas de higos, una, llamadas mamas, que nacen a finales de otoño y que se pasan el invierno, aparentemente verdes, en las ramas desnudas de la higuera, en solitario. Otra cosecha, llamadas prohigos, que nacen a finales de invierno, al empezar a apuntar la primavera, cuando nacen las primeras hojas. Y la tercera cosecha, llamadas mamonas, que empiezan a aparecer a finales de verano.

De las tres cosechas de la higuera masculina, la cabrahiguera, (en Mallorca se las llama “higueras bordes” porque no dan buenos higos “comibles”), las mamas, prohigos y mamonas, todas ellas tienen flores femeninas dedicadas en exclusividad a la reproducción de las avispas Blastophaga psenes. Solo los prohigos generan una zona de flores masculinas, rodeando el ostiolo por donde deberán salir, forzosamente, las avispas adultas para ir a polinizar “higos de comer” y, como no, para volver a depositar huevos en las siguientes cosechas de la higuera macho. Salir de una mama a poner huevos en un prohigo, salir del prohigo a poner huevos en los “higos de comer” y en la mamona y salir de la mamona para volver a poner huevos en la mama.

            En la siguiente foto de un prohigo vemos las flores femeninas, convertidas en agallas, y las flores masculinas.

            En estas agallas de las tres cosechas se desarrollan tres generaciones de avispas, Blastophaga psenes, que, concretamente en verano, procedentes de la generación de los prohigos, son la única opción a transportar polen que se dedicará a polinizar los higos que nos vamos a comer a finales de verano, allá agosto.

            A todo esto, es obligado decir que la inmensa mayoría de higueras europeas y americanas actuan como partenocárpicas (no lo son exactamente) y no necesitan polinización, pero las higueras asiáticas si que lo necesitan. De todas formas, las cabrahigueras “van a lo suyo”, tienen un mutualismo que mantener y lo mantienen.

            En esta otra foto, un detalle de la eclosión de avispas macho y hembra.

           

Dado que este es un artículo de divulgación y una muestra del trabajo que hacemos en la Fundación, veamos algunas curiosidades del macho de Blastophaga psenes.

 En primer lugar, los machos nacen sin alas, nacen condenados a no salir del higo que les vió nacer. Buenas patas y buenas garras y un gran órgano copulador, predestinados a la fertilización de las hembras.

Pero, además, cumplen con otra función. Las hembras, para salir, solo lo pueden hacer a través de las brácteas del ostiolo y esto, para un bicho milimétrico, es tremendamente duro y complicado. Los machos alcanzan la madurez antes que las hembras, En el interior del higo de la cabrahiguera, sea cual sea la cosecha, se dedican primero a la fertilización y, una vez cubiertas la hembras, los machos se dirigen al ostiolo y empiezan a roer las brácteas, de tal manera que abren un túnel de salida. Una vez abierto el túnel, mueren dentro del higo que les vio nacer, sin salir al exterior. Cuando las hembras quieran entrar en higos ajenos nadie les va a abrir túneles, deberán entrar por la fuerza. Esto hace que, en la entrada, pierdan alas, antenas y, a veces, alguna pata, nunca volverán a salir del higo que han abordado.

            Las hembras nacen aladas, nacen para repartir polen a las higueras cercanas, de “higos de comer”, y para poner huevos y reproducirse en las añadas de higos de la cabrahiguera.

            Hay otra curiosidad, la higuera, en la defensa de su mutualismo, ha dispuesto que las avispas solo puedan reproducirse en mamas, prohigos y mamonas, nunca en los “higos de comer”. ¿Qué cómo lo ha logrado? Muy fácil, en la foto de arriba, de la avispa hembra, se ve, en el culo, un aguijón negro y, debajo, algo parecido a un pelo, se trata del ovopositor. La avispa, para poner huevos, tiene que hacerlo con su órgano ovopositor y debe depositar los huevos en el interior de la flor, en el ovario, para que sean viables. No vale “dejarlos a medio camino y ya se colocarán”.

            El gineceo de la flor se compone del ovario, evidentemente, y de un tubo de acceso llamado estilo, entre otros. Pues bien, las flores de todas las cosechas de la cabrahiguera, mamas, prohigos y mamonas, tienen un estilo cortito, tanto que el ovopositor consigue llegar al fondo. Pero en los “higos de comer”, el estilo es un tubo larguísimo para la avispa. Gracias a esta estratagema, en los “higos de comer”nunca encontraremos avispas en reproducción… Ello no significa que no pueda haber “habitantes” en los higos. Antes de comer higos es conveniente abrirlos y mirarlos, hay otros insectos que se aprovechan de los azúcares para reproducirse dentro del higo, como algunas moscas.

            El tema resulta fascinante, tanto que hay libros enteros dedicados a la reproducción de higueras y a sus insectos mutualistas. En nuestro caso solo pretendíamos un artículo divulgativo y que nuestros lectores vean cual puede ser nuestra aportación como Fundación a sus trabajos, sean científicos, sean divulgativos.

            Las fotos son nuestras, los conocimientos debemos agradecérselos a Joan Rallo García, técnico de Extensión Agraria, un erudito en el tema, que publicó “La sexualitat de les figueres i el seu insecte pol.linitzador”, Quaderns d’Agricultura nº 20 de la Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca del Govern de les Illes Balears.

            El libro son 290 páginas, lo nuestro solo un divertimento, ampliable, claro que si. Uno de los fines de la Fundación es la divulgación, preferentemente de toda nuestra estructura fotográfica, tanto de nuestro instrumental como de nuestros archivos (este artículo es una muestra). Estaremos encantados de compartir nuestros conocimientos, técnicos fotográficos y lo poco que hemos ido aprendiendo de biología.

            Si os ha parecido interesante, compartidlo. Igual podemos ayudar gráficamente a gente que haga exquisitos y sesudos trabajos científicos o divulgativos.

Eucaliptus globulus

Eucaliptus globulus

            Es de sobras conocido que nuestra Fundación viene de una historia fotográfica. Por ejemplo esta foto de presentación, una pajarita de papel “alimentándose” de semillas de eucaliptus, viene de una idea para un poster para Papelera Española. El eucalipto es un buen proveedor de pasta de papel.

            Esta foto es de hace muchos años, pero hasta hace unas semanas ni siquiera teníamos conciencia de la existencia del Eucaliptus globulus, hicimos esta serie de pajaritas y nos olvidamos del tema. Pero, de repente, una colaboradora va y nos pregunta por un detalle de las hojas y, para vergüenza nuestra, ni siquiera teníamos digitalizadas las pajaritas… Excuso decir que documentación sobre la pregunta de nuestra colaboradora, ¡ninguna!

            Esto es lo que mueve el espíritu de la Fundación, “Documentar y Compartir”. En Mallorca el eucalipto no es abundante, entre otras cosas porque Mallorca es mayormente seca y este es un árbol de zonas húmedas, pero algunos ejemplares pudimos localizar, incluso de dos especies diferentes, E. globulus y E. camaldulensis y hemos podido contestar a “la pregunta”.

            En la foto, TODAS las hojas son del mismo árbol. Unas recientes, las redondeadas, y otras alargadas, las hojas “viejas”, esas que nuestras madres y abuelas nos infusionaban en agua caliente para hacer vahos (la cabeza tapada con una toalla sobre un caldero humeante)… ¡Prueba superada!

Una de las maravillas de la Fundación son sus instalaciones. Nos ha parecido simpático abrir el artículo con la alegoría de la pajarita y venía al caso citar las virtudes del eucalipto y, por descontado, dedicar un cariñoso recuerdo a nuestras cuidadoras de la infancia. Pero, ya que hablamos de vahos, rápidamente hemos hecho unas micrografías para dar “más cuerpo” a este artículo.

            La maravilla es que no hemos de pedir permiso, en un plis-plas nos fabricamos una foto a medida de lo que estábamos hablando. En la sección de las glándulas que sueltan el aceite esencial, vemos este producto rojizo, que no es mas que aceite solidificado, reseco, para sellar la glándula. Con agua caliente se puede vaporizar.

            Por el mismo precio, ya que la foto está hecha, y sin que venga a cuento, los círculos blanquecinos que se ven en el corte de la hoja son estomas, unos agujeros que la hoja puede abrir y cerrar y que es por donde respira la planta. Poder “hablar” en imágenes, como quien charla en un bar no tiene precio.

            Pero ya se sabe, no nos sabemos estar quietos. Como que teníamos unas ramas de muestra, era una tontería no aprovecharlas y documentar, por ejemplo, las semillas, una especialidad “de la casa”. Las del E. globulus y, ya que estábamos, las del E. camaldulensis.

            Y ha sido revelando estas minúsculas semillas que “se nos ha volcado” un recuerdo de hace muchísimos años, de infancia, cuando yo leí “Alibabá y los 40 ladrones”, no recuerdo que versión. En una discusión entre ladrones alguien preguntó el por qué de ¡ábrete sésamo!, ¿por qué “sésamo”? y la respuesta fue que una minúscula semilla como el sésamo daba lugar a un árbol inmenso, lo mismo que la puerta de la cueva abría grandes tesoros. ¡Mentira cochina! Toda mi vida, hasta hoy, pensando que el sésamo era la semilla de un imponente árbol y va y resulta que no, que se cultiva en una hierba de alrededor de un metro y medio. Eso es jugar con la educación de un niño y, aunque sea para un cuento, hay que procurar un rigor científico. No hay duda que quien escribió “mi” versión de “Alibabá y los 40 ladrones” no se documentó… ¡y poco sabía de botánica!

Esas semillas del E. camaldulensis, del mismo porte que el sésamo, si que crecen hasta los 50m… ¡Eso sí es un árbol! O las del E. globulus, ligerísimamente mayores, y que han llegado a dar árboles de 70m. Ved si no los eucaliptos que hemos encontrado por Mallorca, ¡de hierbas nada!

En fin, de la inocente pregunta del ¿por qué hay hojas diferentes? Mirad lo que ha salido.

¿Os imagináis que podría salir si la pregunta llega a ser para un Master de biología o para una comunicación de fitomedicina?

Si el artículo os parece interesante, dadle difusión. Nunca se sabe que preguntas pueden llegar a hacer los futuros lectores… La naturaleza tiene tantos secretos por descubrir y hay tantas imágenes por hacer…

CIANOTIPIAS, LAS PRIMERAS IMÁGENES CIENTÍFICAS PUBLICADAS EN UN LIBRO.

CIANOTIPIAS, LAS PRIMERAS IMÁGENES CIENTÍFICAS PUBLICADAS EN UN LIBRO.

La cianotipia es un proceso de impresión descubierto por el químico y astrónomo inglés, Sir Jonh Herschel. El proceso consiste en preparar dos disoluciones, una de ferricianuro de potasio, rojo, al 8% y otra de citrato de amonio y hierro(III), verde, al 20%. Se mezclan partes iguales de ambas disoluciones y se aplican a una superficie, normalmente papel de acuarela que se pueda lavar con agua corriente sin que el papel se disuelva (va bastante bien con papeles de grano fino de unos 300g/m2). Se aplica la mezcla con una brocha, preferentemente sin elementos metálicos que la mezcla es corrosiva para el metal, y se deja secar casi a oscuras.

Sobre las hojas de papel impregnadas y secas, en un ambiente de poca luz, se colocan, bien objetos, bien plantas, bien fotolitos, cualquier forma que nos interese reproducir y se prensa todo con un cristal, para que no se mueva (si son objetos sólidos ni siquiera es necesario el cristal) y se expone unos 10 minutos directamente al sol. Durante este tiempo veremos que la emulsión va adquiriendo un tono cada vez más grisáceo, sobre los 10/15 minutos retiramos la hoja impregnada y la lavamos con cierta intensidad. Incluso podemos frotarla con las yemas de los dedos hasta que quede límpia una imagen negativa de los objetos reproducidos.

El proceso en si es bastante sencillo. Incluso en la actualidad ya no reviste aquel espíritu de alquimia del siglo XIX porque empresas de venta por correo nos pueden mandar a casa, por un módico precio, los dos productos químicos hasta pesados y a punto de disolver. Pero si que tiene un resultado espectacular, las copias (como se ve en la foto de presentación) quedan en un azul eléctrico. De hecho aquellos productos químicos, por la acción de los ultravioletas del sol convierten el hierro (III), rojo, en hierro (II), azul, lo que nuestras madres empleaban en la colada, “azulete”, y este azul se convierte en nuestra imagen (en negativo)

Si queremos una foto positiva, como los olivos de la portada, cogemos nuestra foto, con un programa de tratamiento de imagen la invertimos, la convertimos en negativo, luego la fotocopiamos sobre un acetato de fotocopiadora y ya podemos realizar nuestra cianotipia… de la foto que queramos. Según lo más o menos fino de los detalles del original será la foto acabada. Si nos limitamos a colocar como objeto cualquier cosa opaca la foto será solo la silueta del objeto.

Pues bien, el proceso es simple, pero con una mente creativa se puede convertir en puro arte. Esto es lo que hizo la botánica Anna Atkins, experta en algas. Allá 1842, el año que Herschel descubrió el procedimiento, los libros de botánica que consultaba Anna Atkins solo tenían texto, Niépce había conseguido fijar una imagen, la primera fotografía, a finales de 1830 y, por descontado que a nadie se le había ocurrido, aun, usarla para ilustrar libros.

El primer “invento” de Anna Atkins fue sacar cianotipos de las algas que estaba estudiando en un libro del especialista William Henry Harvey y “reescribirse” para ella el mismo libro, pero ilustrado. Si bien Niépce, Talbot, Daguerre, Herschel y otros son los inventores de las primeras técnicas fotográficas, se considera a Anna Atkins la primera “fotógrafa”. No inventó los sistemas, pero pasó a usarlos para difusión de la botánica.

Esta presentación viene a cuento de que, para nuestra Fundación, una de nuestras finalidades es la difusión de técnicas y sistemas de documentación científica y, al menos para nuestras ideas, rendir homenaje a la “primera documentadora científica” es para nosotros obligado.

Cierto que la cianotipia ya no es el mejor método de documentar, las técnicas de imagen han evolucionado muchísimo en estos casi 200 años, pero en nuestra parte de difusión, no siempre estamos tratando con departamentos científicos de jardines botánicos. También hacemos difusión para el gran público y, a veces, hay que buscar el lado lúdico para motivar el espíritu innovador.

En esta línea lúdica de difusión tanto de la fotografía como de nuestro quehacer, hemos realizado unas colaboraciones con Proyecto Hombre de Palma. Se trataba de dar unas charlas a los usuarios para descanso de las actividades normales del día… y nos pareció muy adecuado un pequeño taller de cianotipia, por lo que tenía de novedad, por la parte creativa y porque es una actividad participativa.

El proceso fue simple, puesto que era una actividad de corta duración, lo que se llama un “kit-kat”. Una pequeña charla para presentar el proceso y un rato de actividad en el jardín de la institución. Y, trabajando en grupos, se generaron estas cuatro cianotipias, que se presentan con un título elegido por el grupo.

Es curioso que en las cianotipias ya lavadas, lo que llamaríamos arte final, da la sensación de haber algunos toques de color verde y amarillo. En realidad es que algo de la mezcla sensible se ha infiltrado en la fibra del papel y el lavado no ha sido perfecto. Y no es “suciedad azul” porque la mezcla infiltrada no ha recibido luz ultravioleta, en relidad se trata de la mezcla original de Citrato y Ferricianuro. Evidentemente, por muy tecnológicos que seamos ahora, algo de la magia de la alquimia sigue quedando.

Ha sido una agradable actividad que, no solo ha relajado a los usuarios del Proyecto Hombre. También nos ha servido a nosotros para descansar de nuestras tediosas sesiones de microfotografía, de inacabables apilados, de horas y horas delante de una pantalla revisando y retocando archivos fotográficos, a veces de mas de un GB… y que estas actividades lúdicas nos motivan para decantarnos por la foto creativa, artística, antes que por la foto técnica pura y dura.

Y, ¿por qué no?, Si Ana Atkins fue pionera en la documentación fotográfica en botánica, ¿qué nos impide, de vez en cuando, añadir un guiño a la historia y añadir una cianotipia a cualquier trabajo actual? En todo caso, nuestra divisa “DOCUMENTAR Y COMPARTIR” es inamovible pero nos encanta jugar… Será que “no somos serios”, jajaja.