No es la primera vez que lo contamos, la Fundación proviene de una vida de pasión por la foto de natura. Eso de arrastarnos por el suelo campestre es, en nosotros, una constante.
Como anécdota, hace años “di un susto” al insigne Dr. Carles Amengual i Vicens, en el camino viejo de Lluc. Yo, totalmente estirado en el suelo (haciendo la foto de una florecilla) y él, doctor en medicina, a distancia, caminando, se imaginó una persona herida, un desmayo, un infarto, ¡y llegó corriendo!… Al ver al “fotógrafo”, ¡casi me pega! (ya éramos amigos antes y lo seguimos siendo)
Pero es que estas florecillas, este endemismo nuestro es, en realidad, una planta de pocos centímetros y, para sacar una foto decente, “hay que arrastrarse”, ¡no queda otra!.
Esta es la parte romántica de la Fundación, ¡y la seguimos practicando!
Desde que “institucionalizamos” nuestras fotos, han aparecido otros tipos de trabajos. Lo que nosotros llamamos “PROYECTOS”. Siguen siendo fotos de natura, no tenemos demasiado interés en otras temáticas, pero tema y enfoque nos lo sugieren personas ajenas a la Fundación, normalmente para alguna aplicación “de su interés”, temas que, muy probablemente, ni se nos hubieran ocurrido.
Estos proyectos siempre salen, en primer lugar, de que se nos llena la boca ofreciéndolos y, además, que siempre presumimos de nuestras macros espectaculares y hay quien se encandila con ello.
En esta línea, hace unos años, un coleccionista de arenas tuvo “su” idea de crear un archivo fotográfico. A nosotros nos encantó la idea, sobre todo cuando pasamos los granos de arena a macro extremo… ¡parecían las rocas del rompeolas de cualquier puerto!
Estas “rocas”, estos “pedruscos” que invitan a buscar cangrejos entre ellos, los más grandes de las fotos, no llegan a un milímetro. Esto es lo que más nos impactó de este proyecto, como los mundos microscópicos nos sorprenden. Está claro que, probablemente, nunca se nos hubiera ocurrido que la arena era un modelo tan fotogénico.
En otra ocasión, un viticultor nos mostró sus instalaciones, viñas, prensas, fermentadores, bodega y nos dijo que “si queríamos hacer alguna foto”. El comentario lo hizo en la viña, en el mes de marzo, y, por casualidad, nos señaló un sarmiento podado, en argot un dedo, del que salía una gota de ¿agua?. Cosa normal para él, dijo que ya venía el buen tiempo, que la viña empezaba a “llorar”. A nosotros lo del “llorar” no nos sonó de nada, entonces el viticultor nos explicó que la planta empezaba a mover savia, después del invierno.
Ser un apasionado de algo, de lo que sea, arenas, vino, fotos de natura, etc., implica ser curioso y que te cuenten que “la viña llora” dio lugar a un proyecto que duró varios meses. En este otro artículo nuestro, https://fundacionpepbonetcapella.com/la-vina-llora-que-tendra-la-vina/, podéis ver, escrito y con fotos, lo que nos impresionó por lo novedoso.
Pero es que la curiosidad nos llevó a hacer 16 visitas fotográficas a la viña, entre marzo y agosto. Siempre en plan “artillero”, cargados como mulas, cámaras, trípodes, fuelles de macro, reflectores, etc… Vamos, mejor tratada la viña que una vedette. Por descontado que hicimos las fotos de rigor, lo que, quien más quien menos haría, cepas, hojas, racimos, etc. pero aprovechamos detalles de nuestra especialidad, como hacerle fotos a flores y hasta a polen. Este fue nuestro primer seguimiento de la fenología de una planta, la Vitis vinifera. De todas estas visitas hay un archivo de unas 500 fotos.
Esta es nuestra idea de “proyecto”, alguien que siente pasión por “vete tú a saber qué” nos habla de “sus” pasiones, incluso nos sugiere, o directamente nos pide, que le encantaría tener una foto de “algo de lo suyo” y nosotros, en la Fundación, empezamos a maquinar imágenes, en la mayoría de casos realmente empezamos a “estudiar”, porque si un apasionado te cuenta lo de la viña, de entrada nosotros somos legos en el tema. El que te cuenta, de lo suyo lo sabe todo, el viticultor sabe desde cultivar hasta fermentar y envejecer buenos caldos (cosa que nosotros no sabemos) pero traducir su pasión en imágenes ni siquiera se le ha pasado por la cabeza. Nosotros, sin embargo, no tenemos ni idea de que imágenes pueden ser definitorias, no que no sepamos hacer fotos, resulta que al no conocer el proceso no tenemos ni idea de qué fotografiar… Por eso, casi todos los proyectos empiezan estudiando.
También hay casos en los que un doctor en biología nos ha pedido una foto de las macro esporas de Isoetes histrix e Isoetes duriei, para la publicación de un artículo. Ambas plantas constan en el archivo de la Fundación.
En este caso ni estudiar ni crear, el pedido era muy concreto, las dos fotos que veis.
Ahora ha vuelto a suceder. Nuestra secretaria tiene amplia relación con el mundo de la hostelería y la restauración (por su trabajo, que los cargos en las fundaciones no se remuneran)
Hablando de promocionar el arroz, salió que, a las clásicas imágenes de paellas y risottos, se las podría complementar con imágenes de producto, aprovechando nuestra especialidad en macro fotografía. Otra idea sugerida por gente ajena a la Fundación, pero que nos ha parecido magnífica.
Hay que entender que la Fundación nace de una afición, no de la creación de una empresa productiva. Nosotros, yo, siempre hemos “jugado” a hacer fotos, el “rendimiento” no es nuestro punto fuerte. Por eso, a una sugerencia de hacer “unas fotos de producto”, hemos respondido exageradamente programando un reportaje de la fenología del arroz. Es que el seguimiento de la viña nos resultó muy divertido, muy en nuestro estilo de hacer fotos para disfrutar. Evidentemente, si lo hiciéramos para ganarnos la vida no sería rentable pero, como contrapartida, quedan archivos muy interesantes para la posteridad.
Hemos empezado por contactar con agricultores del arroz. En Mallorca, en Sa Pobla, donde hay una albufera, donde hay tierras anegadas, se cultiva arroz desde hace generaciones. Llegó a haber más de treinta agricultores dedicados a ello, hoy creo que solo quedan cinco o seis, pero se sigue sembrando Oryza sativa var. Bombeta, casi casi para consumo local. D. Juan Campets nos mostró sus tierras, la maquinaria para descascarillar y pulir el grano, y colaboró ampliamente en eso que tenemos que hacer en cada proyecto, “aprender, estudiar”. Además, nos regaló un puñado de semillas para suavizar nuestro trabajo de documentadores.
Ya en casa, hemos empezado el proyecto. Lo primero hacer una “plantación” en el balcón.
Esta “plantación” nos ayudará mucho a documentar pequeños detalles del tallo, hojas, espigas, flores, etc. Muchos de esos detalles se observan de un día para otro y esto representaría un montón de viajes a los campos de producción (100 km cada viaje) Gracias a esto tendremos novedades cada mañana, “en nuestra sede”. Total, vamos a la Fundación todos los días. Esto lo aprendimos en la viña, que nos costó 50 km cada viaje y que, a veces, puedes llegar “temprano o demasiado tarde” a la foto.
Una vez asegurada la “plantación” solo queda esperar unos meses, hasta que la planta presente novedades interesantes… aquella frase tan sumamente pausada de “ver crecer la hierba”.
Nosotros no tenemos tanta paciencia, ya hemos empezado a documentar el grano y hemos empezado una germinación de laboratorio para ir creando archivo… que de este archivo, esperamos, saldrán las fotos para restauradores.
Nuestra postura tiene un punto interesante, no solo aportamos una visión estética, también, obligados por haber tenido que estudiar acerca de nuestro modelo, podemos aportar detalles científicos o técnicos, información útil al usuario que, hablando de paellas, nunca hubiera salido en la conversación.
Documentar la fenología de una planta consiste en eso, en crear documentos de todo lo que le acontece a la planta para crecer y reproducirse. Mostrar que el grano tiene germen para poderse reproducir. Germen que nunca veremos en el paquete de arroz del súper, puesto que se cae con el descascarillado y el pulido.
Esto que os hemos mostrado son los primeros días de trabajo de un proyecto que durará unos seis meses. En estos pocos días el archivo ya tiene treinta fotos, dentro de unos meses ya serán cientos. Esta es nuestra forma de enfocar una “Documentación”.
De este archivo, seguramente unas pocas fotos serán útiles a los restauradores, pero es que la Fundación está abierta a quién la necesite. En el archivo habrá fotos útiles a científicos, a comunicadores, quizá a agricultores, etc. Nuestra intención es hacer una documentación, lo más exhaustiva posible, de un acontecimiento como es la vida de una planta de arroz y legarlo a la posteridad.
Y, ya hablando de posteridades, cambiando el tema de este artículo por otro, importantísimo para nosotros, a fuer de ser pesados, os rogamos que leais y difundais este otro artículo nuestro en el que “analizamos la posteridad”, nuestra posteridad. https://fundacionpepbonetcapella.com/el-futuro-de-la-fundacion/. Gracias.
Desde el 2019, que abrimos este blog, llevamos más de 65 publicaciones. Podéis verlas en https://fundacionpepbonetcapella.com/blog/
Hemos presentado nuestro trabajo por activa y por pasiva, hemos presentado todo nuestro equipo de cámaras auto construidas, hemos mostrado algunas de nuestras técnicas, dedicamos un artículo a los “gadgets” que usamos en el campo para luchar contra el viento, os hemos tenido al corriente de algunas burocracias para montar la Fundación, hemos hablado de la aventura de montar una sede, hemos presumido de algunos de nuestros logros, en fin, llevamos unos cinco años usando este blog para contaros que somos una Fundación viva, para mostraros que nos cogemos nuestro propio proyecto en serio, con ilusión, para mostraros que estamos disfrutando con lo que hacemos y que nos hace felices compartirlo
Todos estos años, incluso antes de que existiera la Fundación, nos hemos dedicado a la foto de natura, lo mismo grandes panoramas que florecillas que, últimamente, macro y micro fotografía. Estos últimos años, sin abandonar el paisaje, hemos dedicado muchísimo trabajo a las cosas “muy pequeñas”. Granos de arena, caras de minúsculos insectos, hojas de musgos, pólenes y esporas, macrofotografía extrema, incluso microfotografía.
Esta aventura que empecé yo, EL FUNDADOR, la empecé en solitario, hace muchos, muchísimos años. Desde hace unos años que ha dejado de ser una cosa personal, ya somos un equipo, ahora ya “hacemos” fotos, ya “tenemos” ideas, ya “desarrollamos” proyectos… ¡y esos proyectos funcionan!
La Fundación ha reunido a un equipo de gestores que saben lo que hacen, y lo hacen bien. Lo único que aun no hemos resuelto es la continuidad de nuestra producción. La Fundación tiene varias finalidades, la primera que se nos ocurrió, y que ahora ha dejado de ser la primera, era la de gestionar el archivo acumulado en una vida de trabajo apasionado. Muy loable cuando escribíamos los estatutos, pero ahora creemos que lo realmente importante es preservar esos más de cuarenta años de experiencia que nos avalan.
Con toda seguridad, el mayor valor que tiene la Fundación no es su archivo, sino la capacidad técnica y el conocimiento que hemos acumulado para seguir haciendo fotos, cada vez más espectaculares, cada vez más exclusivas. No lo “vendemos” como un alarde, a veces vemos fotos mejores que las nuestras, nos referimos a que son tantos años de resolver problemas de encuadre, de iluminación, de óptica, etc., que ya nos hemos convertido en especialistas… Pero hay un problema, el ser “especialista”, en nuestro caso, SOLO ES UN CONOCIMIENTO, si desaparece el especialista desaparece el conocimiento y, desgraciadamente, las personas tenemos fecha de caducidad.
Por citar un ejemplo, https://fundacionpepbonetcapella.com/tecnicas-de-estudio/, la Lemna giba (conocida como lenteja de agua) es una minúscula planta de unos 5mm que flota en aguas mansas. En el artículo citado se explica como se dio la sensación de foto sub acuática recurriendo a trucos de espejos. Este es uno de los muchos ejemplos que vamos resolviendo día a día.
Otro ejemplo pueden ser las siguientes fotos. Un artilugio de unos pocos milímetros que puede bascular en todos los sentidos. Todos hemos dicho aquello de “levanta la barbilla y mira a la cámara”, ¿cómo le dices eso a una hormiga muerta? O ¿Cómo manejas un esporófito de un milímetro para buscar su mejor ángulo? En las siguientes fotos se muestra el artilugio, con el esporófito pegado con cinta adhesiva de doble cara y el encuadre con el que se tomó la foto, esporas incluidas.
Todas estas explicaciones son para deciros que estamos buscando acólitos que quieran aprender nuestros trucos y técnicas.
Una característica de nuestra Fundación, suponemos que de todas las fundaciones, es la colaboración, “hacer el bien” lo llaman. Nosotros la montamos para compartir lo que, en su momento, creíamos más importante. Ahora hemos cambiado nuestra prioridad, pero no nuestras intenciones, nuestra divisa sigue siendo “DOCUMENTAR Y COMPARTIR”.
Existen muchas disciplinas, botánica, zoología, geología, etc., que se pueden beneficiar de la fotografía, en ocasiones para investigar y siempre para difundir. Hay fotógrafos que ya están en ello, conocemos mucha gente que hace lo que se llama “fotografía de naturaleza”. Incluso algunos se dedican a la macro fotografía y lo hacen estupendamente (el que vayamos viendo fotos extraordinarias lo confirma)
Pero, como se dice, “ni están todos los que son ni son todos los que están”. Para personas, fotógrafos, científicos o comunicadores que les gustaría crear sus propias macro y micro imágenes, nuestra especialidad, la Fundación se ofrece a enseñarles lo que sabemos. Incluso podemos compartir otro de nuestros tesoros, nuestras instalaciones. Nuestros conocimientos son básicos, cierto, pero sin nuestras cámaras y nuestros objetivos aplicar estos conocimientos se hace muy difícil… mantenemos lo de DOCUMENTAR Y COMPARTIR.
Abierto a todo el que esté interesado/a en aprender macro y micro fotografía, porque le interese el tema o porque, muchísimo mejor, quiera colaborar con nuestra Fundación. Nuestra intención es “crear escuela” para que nuestros conocimientos se perpetuen y, como no, la Fundación tenga continuidad, hacer que exista una “cantera” de especialistas. En nuestra página web, https://fundacionpepbonetcapella.com/contacto/, tenéis nuestros datos… y en el resto de la página todo lo que nos define como Fundación y como apasionados, fotos incluídas.
Contactadnos, igual os ayudamos a cumplir alguna de vuestras ilusiones y, si no llegara a suceder, siempre queda el tomar un café y el principio de una amistad.
Fuimos al Montseny, en plan documentación de otoño. Pero nada ha salido bien. En lo estrictamente privado, empezamos con el fallecimiento de un familiar que afectó a uno de los participantes. ¡Mal comienzo!
Eso fue el lunes, 28. El martes empezó el drama de la DANA y, aunque eso fuera en Valencia y nosotros estuviéramos en Cataluña, hemos tenido más lluvias que claros. Piénsese que íbamos a hacer fotos, cámaras, objetivos, etc., nada que se deba mojar.
Además, en Cataluña se están unificando los campings y ya solo abren fines de semana. Nosotros necesitábamos estar toda la semana y, después de intentarlo en cinco campings diferentes, en uno, al sur del macizo, encontramos alojamiento… ¡menos mal!… pero resulta que el paisaje otoñal está al norte.
Entre lluvias y desplazamientos, la campaña ha sido un desastre. Hemos hecho un total de 27 fotos de archivo en una semana.
Cierto que algunas han quedado bien, pero ante la cantidad de problemas que han aparecido, más bien han sido fotos de fortuna, fotos para salir del paso entre chubasco y chubasco.
La parte sur del macizo del Montseny está poblada, básicamente, de encinas y robles. Predomina el bosque mediterráneo, mientras que las fagedas, más espectaculares en otoño, están más al norte. Fotográficamente, el sur es soso.
Por ejemplo, esta fageda yendo hacia Santa Fe, pero con nieblas y lluvia… Está claro que hacer reportaje estaba difícil.
Yendo hacia el Brull, en Coll Formic, hay un pequeño hayedo que, en una tarde sin lluvia, nos permitió algunas fotos.
Lo dicho, esta campaña solo ha rendido “27 fotos de archivo”… Somos de natural optimista, pero las cosas “son como son y vienen como vienen”.
Tampoco tenemos derecho a quejarnos, nuestras campañas anteriores han sido buenas y las que vengan también lo seran.
En fin, seguimos a vuestra disposición en nuestra sede, trabajando en lo que nos gusta. Si os apetece, estáis invitados a café para hablar de foto de natura… incluso, igual podemos ayudaros en vuestros proyectos. Al fin y al cabo, la Fundación está para compartir.
Esta foto es del archivo de la Fundación, estamos especializados en macro, pero cuando fotografías una flor milimétrica en un bosque así de precioso, sería del género tonto no llevarte una foto del entorno… Y, como la foto es nuestra, la hemos usado para decorar el despacho de dirección de la Fundación, 3,6×1,2 metros de foto y así nos ha quedado…
En fin, toda la semana que viene, concretamente del 28 al 6 del siguiente, haremos una de nuestras salidas fotográficas. No son estrictamente vacaciones, vamos a trabajar, pero ¡hay vacaciones que no resultan tan divertidas! Eso si, la Fundación, nuestra nueva sede, quedará desatendida unos días.
Hace unos años que ensayamos un sistema que nos está dando un gran rendimiento, nos movemos en furgoneta, de camping en camping. Nos guía nuestra gran colaboradora, Pilar Busquets, magnífica compañera de aventuras. Acampamos y sacamos “los vehículos autónomos”, y eso nos permite movernos distancias considerables por caminos de montaña, explorando grandes espacios, con la cámara a cuestas.
Ahora estamos seleccionando el equipo, llevaremos gran angular, un tele corto para detalles no accesibles y nuestra BONET II, nuestra cámara de campo que permite desde X0,25 hasta X2. Una gama macro que, para hacer “in situ”, es más que correcta y, además, cómoda.
Por descontado que ¡siempre!, una colección de filtros degradados para equilibrar los paisajes. Las diferencias de luz entre cielo y tierra, en un bosque, pueden llegar a 5 y 6 diafragmas y estropear el mejor encuadre. Y ¡siempre! trípode. ¡Somos antiguos! Intentamos tomar nuestras fotos como si no existiera el “potocho”, equilibramos luces y colores en la composición, en la toma. Luego, con una foto totalmente correcta, si hacemos algún mínimo retoque no estamos “salvando” nada, más bien “mejoramos”… El problema (y el trabajazo) de ser “unos clásicos”.
Otra cosa, en una semana podemos movernos más de 200km, recorreremos caminos vecinales, carreteras locales, etc. y, para ello usamos dos tipos de mochila, ambas enganchables a los transportines del trike, tal cual alforjas. La negra de la foto, una mochila Lowepro, específica de fotógrafo y muy buena, llevamos años con ella y como nueva… pero no es impermeable. La roja no es específica, es una alforja normal de Ortlieb, pero es totalmente impermeable y, además, tiene el detallazo de ser reversible: por una cara correas ajustables, tipo mochila, y por la otra los típicos enganches de portabultos de bici. En este viaje llevaré la impermeable, que estamos en otoño y mi equipo fotográfico vale un riñón.
Además, esta vez vamos a rizar el rizo, vamos dos miembros de la Fundación, Tomeu se dedica a técnicas antiguas, ambrotipos, colodión, bromoil, etc. En este viaje, Tomeu solo se quiere traer una cámara estenopeica (un cajón de madera con un agujero de aguja) y hacer fotos de natura “sin óptica”. Es más, “aun” usa película, pero es que además, hace revelados raros. Revela con café instantáneo, hace revelados “desatendidos” de 2 y de 3 horas, altera todas las respuestas de la película, consiguiendo que la película se adapte a sus deseos… ¡y “hace” unos fotones de lujo!
Porque supongo que sabéis la diferencia entre “tirar fotos”, tener que “tirar” media docena por ver si alguna sale bien o si se “tiran” todas a la papelera. Luego está “tomar fotos”, yo mayormente no hago otra cosa, buscar el encuadre que interesa y “tomar” la foto… Y está Tomeu, juega con el encuadre, dosifica la luz, rellena lo que le parece, revela la película alterando sus características y, además, retoca el resultado… ¡foto de fabricación artesanal!
¡Ah! Y Tomeu quiere estrenar un planteamiento nuevo, como que sus fotos estenopeicas son de larga exposición, segundos, hasta minutos, ha pensado “hacer las fotos con sonido”, acompañar a la imagen con los sonidos del bosque mientras dura la exposición.
Lo dicho, nos vamos 9 días de campaña al Montseny, a documentar el otoño catalán, Pilar, Tomeu y yo. No tengo ni idea de qué saldrá, pero, como veis, pueden salir cosas guapas. Con gente como nosotros siempre hay sorpresas.
Si esto te ha parecido interesante, compártelo. Y si te parece que nuestro trabajo puede ser útil en lo tuyo, contacta con nosotros, https://fundacionpepbonetcapella.com/
Somos, precisamente, una Fundación dedicada a la colaboración gráfica, sea con nuestro archivo, que puedes ojear en la web, sea con nuestras nuevas instalaciones, donde podemos crear fotos de objetos entre 80 y 1 milímetro al tamaño de llenar paredes.
En algunas ocasiones hemos mencionado que estuvimos a punto de comprar una iglesia desacralizada en un pueblo de Mallorca… “de cuyo nombre no queríamos acordarnos”… para montar la sede de la Fundación. Ya comentamos el tema en nuestro último artículo, https://fundacionpepbonetcapella.com/sedesocial/
No funcionó, más que nada porque la alcaldía, más que ayudar, puso pegas. Mucha legislación para “asustar nuestro proyecto” y, sin embargo, les parecía excelente que, al ser un proyecto social, una fundación, el pueblo tendría un servicio más… En la alcaldía del pueblo deolvidado nombre no tenían nada claro lo del “quid pro quo”. En fin, si fuéramos más mercantilistas, ahora hablaríamos de los gastos que nos generó la fallida idea, de dinero tirado.
En lugar de eso, recordaremos, con cariño, algunas de las cosas que llegamos a soñar.
Como buena iglesia que había sido, tenía una sala diáfana de 100m2, quedaba perfecta para un doble uso, mesas movibles con los equipos de trabajo y reconvertible a sala de cursos y conferencias, ¡con la sólida tarima de lo que fue el altar!
La puerta que se ve es la entrada de la calle, con un cerramiento y una segunda puerta cristalera, en el sotacoro, quedaba perfecta una recepción. Arriba, en el coro se instalaba el despacho de dirección, dominando el cotarro. El resto de la sala iba a ser La Fundación.
Había más detalles proyectados, por ejemplo estanterías de madera hasta el techo, algunas con control de humedad para archivo seguro de material fotográfico antiguo, no digital, proyector de video, ventilador central de varios metros de diámetro, etc. Pero demos por cerrado el sueño y volvamos a la realidad.
Miramos más locales, pero los precios, comparados con una iglesia declarada como “edificio de servicios”, eran desorbitados… ¡y no tenían tanto glamour! Total, que decidimos habilitar el lugar donde reside la Fundación desde sus inicios, es más pequeño, no podremos hacer actividades multitudinarias, no tenemos un rosetón que nos aporte “luces divinas”, nos abstendremos de montar recepción, vamos, que nos quedamos con algo menos de la mitad de espacio que en la iglesia, ¡PERO LA ILUSIÓN ES LA MISMA!
Una vez decidido, empezamos por vaciar la zona a “fundacionar”, hubo que hacer una mínima obra, electricidad, pintura y amueblar. A decir verdad, nos ha salido muchísimo más económico lo actual que el proyecto iglesia. Para empezar, la iglesia era a comprar y, como se intuye en las fotos, había que sanear la construcción, revisar cubiertas, bastante albañilería, fontanería y electricidad, algunas vigas a cambiar, era la iglesia y la rectoría. Iba a ser un importante desembolso que nos aterraba.
En el proyecto actual, con un poco de pintura, unos enchufes y algo de cable ha quedado todo resuelto… y los muebles había que comprarlos, tanto aquí como allí… es más, allí había más m2, más muebles.
Y, ¡por fin!, ha llegado el día, todos los enchufes puestos, las paredes pintadas y decoradas, los accesorios de cafetería recibidos, un montón de cacharritos clasificados en cajas, las cámaras ubicadas, fundas protectoras para todo el instrumental, luces puestas, un monitor para apoyar conferencias con imágenes, sillas para todas las visitas, etc… ¿Qué más se puede pedir?
La mesa de comedor donde estaban las cámaras y un cuartito atestado con apenas 6 m2 para una mesa y un ordenador se han convertido en estas dos mesas (en realidad 3, que la BONET I tiene mesa propia) con toda la amplitud que se ve en la foto. No diré que “por fin se puede trabajar” porque ya trabajaba, pero ¡qué agradable! ir sobrado de espacio, tener todo instalado y operativo. Es cierto que cursos y conferencias “deberán caber” en este espacio, ¡nada que ver con la iglesia! El sentido común nos dice que nuestras reuniones sociales quedan relegadas a 8-10 personas y que, además, habrá que hacerlas sentados en las mesas de trabajo, en las mesas donde residirá el equipo. Es un inconveniente, pero es lo que tenemos… ¡Aun soñamos con la existencia de un mecenas que lo resuelva!
El resto de esta habitación lo hemos convertido en “el rincón de pensar”, no para castigar a nadie, sino para intercambiar ideas delante de un café, cosa que siempre da buen resultado.
No recuerdo en que ocasión comenté que mi formación es autodidacta, pero no de generación espontánea. Lo poco que sé ha salido de leer mucho y de escuchar atentamente a los que saben más que yo. En “el rincón de pensar”, además de frigo, microondas y cafetera para las flaquezas terrenales, he reunido la mayor parte de la bibliografía que me ha ayudado a formarme… Que los “pensadores” aclaren sus ideas mientras se relajan.
En fin, hemos montado una sala de trabajo, físico y mental.
Y, parafraseando a Tolkien y sus anillos, dos espacios para producir documentos y un espacio para controlarlos a todos. Aparte hemos montado un despacho de dirección, con zona de reuniones para programar futuras campañas, donde montar nuestras tormentas de ideas para ambiciosos proyectos. El eterno niño que llevo dentro me hace soñar con que la Fundación llegue algún día a ser como el estudio de Sir David Attenborough, ¡mi héroe!
Sueños aparte, El equipo de la Fundación está muy volcado en nuestros fines, gozamos haciendo lo que hacemos y somos felices de compartirlo. Nuestra máxima aspiración es que vosotros, lectores, seguidores o conocedores de nuestra Fundación os deis por aludidos y useis tanto nuestras instalaciones como nuestro saber, sea para aprovechar nuestro archivo, sea para crear material gráfico a medida de vuestros proyectos, sea para mejorar vuestra formación en el tema de imagen. Incluso, si no necesitais nada de eso para vosotros, dadle difusión, contádselo a vuestros amigos… uno nunca sabe lo mucho que puede ayudar saber “donde encontrar ayuda”, valga la redundancia.
En realidad estos son los objetivos de “fundacionpepbonetcapella.com”, nuestros objetivos. Los podeis consultar en nuestra web o, también, ahora ya podéis visitarnos en nuestro domicilio, C/ Antich, 6-4º-A de Palma. O si es solo una consulta, llamarnos a los teléfonos que aparecen en nuestra web. Siempre a vuestra disposición.